Por: Equipo Boomerang
¡Parece obvio, pero no lo es! Muchas marcas y organizaciones despliegan una cantidad de tácticas de comunicaciones o relaciones públicas sin saber qué esperan en cuanto a resultados o sin tener claro, realmente, la necesidad de fondo que tienen; simplemente aluden a que desean tener una empresa más reconocida en el mercado o por los medios de comunicación.
Entonces lo primero que debe preguntarse a la hora de elaborar una estrategia de relaciones públicas es: ¿cuál es el gran objetivo detrás de ello? Resolver un problema de credibilidad, incrementar las audiencias y posibles clientes, generar alianzas con otras empresas o con entidades estatales o hasta impactar de mejor manera las ventas.
Se debe partir desde una “gran meta” e ir desglosando a objetivos específicos; desde esos puntos nacen y se determinan los planes de comunicación.
Desde Boomerang brindamos algunos consejos para armar un plan de comunicaciones, elementos que los encargados dentro de la empresa podrán tomar en cuenta o que una agencia consultora contratada, seguramente, avaluará a la hora de formar la estrategia de relaciones públicas:
• Objetivo general: Como se mencionó, primero hay que establecer cuál es la finalidad principal, por ejemplo, posicionamiento con líderes de opinión, con los medios de comunicación, solucionar un problema reputacional o cualquier otra intención que se tenga.
• Objetivos SMART: Una acción que utilizan muchos expertos es poner en marcha este tipo de objetivos, son el acrónimo que hace referencia a Specific (específico), Mensurable (medible), Achievable (alcanzable), Relevant (relevante) y Timely (temporal). Cada uno tendrá relación a una temática en particular y permitirán ponerse metas concretas para medir el impacto de la estrategia.
• Creación de mensajes claves: Todo plan de comunicaciones tiene dentro de sus tácticas el usar contenidos en diferentes formatos como comunicados de prensa, videos, columnas de opinión, infografías, entre otros, se usen mensajes claves que se instauran en el inicio del plan, lo que permitirá que las audiencias tengan recordación de la marca asociadas a ciertos conceptos e imaginarios que se desean crear y conectar..
• Las audiencias: No existirá un plan de comunicaciones exitoso sin saber cuáles serán las audiencias a las que se desea llegar. Precisamente, eso también hará que se escojan los formatos precisos, es decir, si la idea es impactar audiencias jóvenes -tal vez- la mejor manera es usar contenidos en redes sociales y tener unos objetivos que apunten a ello.
Si la meta es más específica como llegar a líderes de opinión de un sector, seguramente la acción será realizar desayunos o almuerzos de la marca con personajes importantes de la industria. Para eso hay que segmentar los stakeholders.
Seguir estos pasos pueden ser un pequeño avance en la consolidación del plan. El presidente de la Red Iberoamericana de Profesionales en RR.PP (REDIRP) y director del Instituto Latinoamericano de Estrategias de Comunicación (ILCE), Antonio Ezequiel Di Génova, advierte que:
“El plan estratégico es un programa de actuación que consiste en aclarar lo que pretendemos conseguir y cómo nos proponemos conseguirlo. Esta programación se plasma en un documento de consenso, en este caso de 10 puntos, en el que se concentrarán las grandes decisiones y acciones que van a orientar la gestión”.
Los diez pasos de los que habla sobre un plan estratégico son: Información, necesidades, diagnóstico, opciones, objetivos, recursos, programación, logística, control, medición y evaluación.
Como vemos, algunas se refuerzan entre sí, como la importancia de los objetivos y la medición y otras ayudarán a complementar como hacer un diagnóstico, evaluación y revisión de logística. En todos estos aspectos, Boomerang puede ayudarte a implementar el plan de comunicaciones a tu medida.
